Partiendo de la definición de
animador como aquel trabajador social que
ejerce una profesión eminentemente política, ya que puede actuar sobre el clima
social, el desarrollo de las comunicaciones, la cultura y la creatividad (Besnard,
1978), podemos llegar a la conclusión de que este profesional, abarca una
variedad de actuaciones en las en algunas ocasiones es muy difícil poder
intervenir de manera óptima en cada una de ellas.
Por ello, es importante destacar
que el animador sociocultural, hoy más que nunca, necesita disponer de buenas teorías
y buenas prácticas que faciliten y orienten al animador en la intervención comunitaria.
En cuanto a estas diferentes
maneras de intervenir en la comunidad, el texto analiza varios ejemplos en los
que la tarea del profesional varía.
Los animadores del primer caso, están
vinculados al ejercicio de una temática o a la transmisión de un saber que hace
que podamos denominarlos animadores especializados y los segundos, son
animadores con funciones de carácter más global y político.
Esto hace que podamos ver diferentes
tipos de profesionales en relación con la animación.
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