Consigna nº 17.
Alce la vista de mis pensamientos y vi una casa corriente con un río
en sus proximidades del que emanaba agua cristalina. En la orilla, se podían observar
unos pequeños peces que se movían sin parar mientras jugaban unos con otros. La deje al amanecer. La calle estaba en
silencio, solo un gato y el pájaro que se había situado la noche anterior
en la chimenea, nos observaron de manera poco importante. Dejaron de mirarnos
al poco tiempo de sobrepasar el sendero que se encontraba cerca de aquellos
matorrales. Seguimos caminando en
silencio. Caminamos durante las horas de sol por el bosque, con la
esperanza de encontrar a alguien que nos pudiera ayudar a localizar a Terry. El tiempo, no es continuo y menos el tiempo
de los cuentos. Terry se perdió ya hace un tiempo que ni nosotros somos
capaces de recordar. Desapareció una mañana o una tarde… no lo recuerdo bien. Le
lance su pelota gris y azul que tanto le gustaba morder y…
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